Siempre hemos fantaseado con un futuro en el que la inteligencia Artificial dibuja un escenario en el que las máquinas tienen independencia en su pensamiento, toman sus propias decisiones y, tal y como hemos visto en múltiples momentos de ficción, se rebelan contra el ser humano. A partir de ahí, muchos debates sobre si estamos hablando de algo que puede darse en la realidad o es fruto de la ficción. Los hay que lo ven como una posibilidad muy clara, y luego están los que consideran que el ser humano, creador de las máquinas, siempre será capaz de tener una especie de “botón del pánico” con el que abortar cualquier tipo de mala decisión que estos aparatos tecnológicos, en su “libre albedrío”, puedan tomar.

Y en medio de todas esas clásicas discusiones sobre el futuro que llega, en las últimas horas nos encontramos con un titular de aquellos que alimentan este tipo de polémica: «un robot jugador de ajedrez le rompe el dedo a su oponente de 7 años». Lo dicho, a partir de aquí, la polémica está servida. 

La ficción está llena de ejemplos en los que las máquinas se rebelan contra el ser humano

Vamos a precisar un poco el relato de los hechos porque, a partir de un titular como ese, rápidamente nos viene a la cabeza una historia del tipo “robot se enfada contra su oponente y decide destrozarle las manos para impedirle jugar contra él”. Pero no, el relato no es tan cinematográfico.

La realidad es que Christopher, una joven promesa del ajedrez ruso, se encontraba jugando con el robot en el Abierto de Moscú. Según hemos podido saber a través del presidente de la Federación de Ajedrez de Moscú, Sergey Lazarev, el niño habría comenzado a realizar su movimiento antes de que el robot terminase el suyo, algo que se saldría de las normas de seguridad. El movimiento de Christopher habría confundido a la máquina, que habría agarrado la mano del niño, aplastándola con fuerza, y ocasionándole la fractura del dedo. La escena se prolonga durante 15 interminables segundos tras los que, con la ayuda de hasta cuatro adultos, el niño consigue liberarse. A partir de ahí, escayola, y a seguir tirando, en este caso, jugando. Lazarev se ha apresurado a aclarar que la responsabilidad sobre el comportamiento del robot no es de la Federación.

Sergey Smagin, en este caso vicepresidente de la Federación de Ajedrez de Rusia, ha manifestado que el niño habría violado las reglas de seguridad que debían contemplarse a lo largo de la partida. Parece ser que nadie había avisado a Christopher que debía esperar a que el robot terminase completamente sus movimientos.

Imágenes del momento en el que se produce el «ataque» del robot al joven Christopher

El problema residiría en que el robot está programado única y exclusivamente para entender la partida, las fichas… todo lo referente al juego, pero no está capacitado para interpretar movimientos fuera de lo contemplado. Un suceso que, sin lugar a dudas, debe servir para reflexionar sobre las medidas de seguridad que deben implementarse cuando los robots deben interactuar con humanos.