La pandemia nos trajo la extensión masiva del teletrabajo y, a partir de ahí, son muchas las empresas que han dejado permanecer en el tiempo esta medida.

Las ventajas para el trabajador son bastante obvias: mejor conciliación de la vida laboral con la personal y familiar, ahorro en transporte y tiempo, comidas más saludables (menor consumo de comida rápida), eficiencia, flexibilidad horaria… Por su parte, para la empresa, también hay importantes ventajas: mayor productividad, mayor compromiso por parte de los trabajadores, captación de talento, reducción de gastos, digitalización de la plantilla…

Por supuesto, no todo son ventajas. Entre los inconvenientes del teletrabajo para el empleado tenemos: facilidad para la distracción, dificultad de separar lo laboral de lo personal y familiar, aumento de gastos (luz, internet…), falta de contacto con los compañeros y el equipo… Otros importantes inconvenientes, en este caso para la empresa, son: absentismo laboral encubierto, costes de equipos para el teletrabajo, falta de contacto y sinergia entre trabajadores y departamentos…

Si nos fijamos, las ventajas e inconvenientes son, en la mayoría de los casos, las dos caras de la misma moneda, y en gran medida, depende de factores como responsabilidad o confianza, el hecho de que nos encontremos ante la cara o la cruz.

Las ventajas e inconvenientes del teletrabajo son la cara y la cruz de las mismas circunstancias

Pues parece ser que Elon Musk, archiconocido dueño de Tesla y “presunto” comprador de Twitter, no está por la labor del teletrabajo en su empresa. En un comunicado interno, ha manifestado que esta modalidad ya no es aceptable y que sus profesionales deben estar al menos 40 horas a la semana en la oficina. “Sutilmente” les indica que, si no están por la labor, ahí está la puerta. De hecho, en este caso en unas declaraciones a través de Twitter, considera que las personas que teletrabajan “fingen” estar trabajando y no son productivas, al contrario de lo que sucede en la oficina.

No es la primera vez que trasciende el ambiente oscuro y el nivel de exigencia que se respira dentro de Tesla. El mismo Musk ha reconocido que en ocasiones ha llegado a las 120 horas semanales trabajadas. No parece ser, desde luego, una buena perspectiva de lo que el magnate espera de sus trabajadores. En el comunicado del que estamos hablando, deja claro que las 40 horas trabajadas en persona es menos de lo que se les pide a los trabajadores de la fábrica. Otra pista clara del nivel de exigencia interno. Pero lo que quizá más llama la atención es el tono intransigente y cuasi dictatorial: si no cumples con lo dicho, a la calle.

Esta es una razón por la que los trabajadores de Twitter están muy alerta ante la posibilidad real de que la venta a Musk finalmente se consume. Además del más que probable giro en la moderación de la plataforma, temen que uno de sus privilegios laborales más preciados, poder teletrabajar para siempre, tenga los días contados. Y es que la noticia que te estamos comentando se añade a una larga lista de situaciones que han puesto de manifiesto la tremenda presión a la que Musk somete a sus trabajadores. El nivel de exigencia en sus empresas empuja a los empleados a sacrificar su ámbito personal en beneficio de lo que él considera la marcha adecuada de la empresa.

Está claro que Elon Musk no parece ser el mejor jefe del mundo

Visto lo visto, no sé si deberíamos estar hablando del magnate o del tirano. En cualquier caso y, es verdad que sin llegar a este grado de imposición y soberbia, son muchas las grandes empresas que no terminan de dar el paso definitivo al teletrabajo y se muestran reticentes a alejar a los trabajadores de sus puestos “físicos” en la oficina. Google o Apple han mostrado en los últimos meses no estar especialmente interesados en consolidar el teletrabajo como medio habitual.

Volviendo a la metáfora inicial, parece claro que, para muchos empresarios, continúa la idea de que el teletrabajo representa la cruz de la moneda.