El titular puede parecer que el que escribe consume bebidas espirituosas desde temprano pero, créeme, no es así. La noticia es tal y como te la contamos. La empresa tecnológica Cisco ha comenzado las pruebas de un modelo de bufanda inteligente. Lo más obvio cuando uno piensa en una bufanda inteligente es pensar que depende de con quién la compares. Todos conocemos personas menos inteligentes que nuestras bufandas o que incluso nuestra ropa interior. Pero no, no van por ahí los tiros. Hablamos de una bufanda capaz de medir y recopilar datos de la persona que la porta. Sería un concepto similar al de las pulseras y relojes inteligentes a los que, sin lugar a dudas, ya estamos mucho más habituados.

El desarrollo de esta idea surge del acuerdo de colaboración firmado por la propia Cisco y el Manchester City que, por cierto, a través de su web, ha dado a conocer esta interesante novedad tecnológica que responde al nombre de Connected Scarf. Bueno, es una forma de hablar porque, de momento, no nos consta que responda ni a su nombre ni a ningún otro, pero, tratándose de un dispositivo tecnológico de estas características, sería una posibilidad de lo más factible.

Imagen de la web del Manchester City en su presentación de la Connected Scarf

La clave de este “wereable” está en el sensor Emotibit que se acopla a la misma y que debe quedar situado en la nuca de su portador. A través del mismo, se registrará toda la actividad física del aficionado que la vista, ya que incluye un sensor de frecuencia cardíaca, un acelerómetro, un sensor de temperatura y, además, un sensor de actividad electrodérmica que, entre otros aspectos, podría determinar el nivel de estrés.

Lo que no termina de estar muy claro es ¿para qué?

Con estos sensores, las personas encargadas de recopilar la información, que, a priori, serían los responsables médicos del Manchester City, conocerán el nerviosismo, la alegría, el miedo… en definitiva, todas las emociones por las que pasa un aficionado a cada instante de un encuentro de fútbol. Curiosamente en la presentación a través de la web del Manchester City afirman que sólo están arañando la superficie de lo que puede hacer la Connected Scarf. Y claro, uno se pregunta, ¿cuánto más pueden averiguar de nosotros a través de sus sensores?

El sensor ubicado en la nuca recopilará todas las emociones por las que pasan los aficionados

Porque el caso es que su relato es tremendamente publicitario, pero, hurgando un poco, tampoco queda claro demasiado nada de lo que allí se dice. Hablan de la bufanda como un estudio de la pasión compartida por los aficionados. También dicen que, a partir de los datos recopilados, podrán dar forma a experiencias más precisas y personalizadas en el futuro. Pero ¿qué harán con los datos? ¿cuáles son esas experiencias precisas personalizadas que podrán ofrecer? Desde luego, precisar no precisan mucho.

Seguramente habrá algún paranoico que piense que un día no muy lejano, bufandas, pulseras y demás dispositivos inteligentes, recibirán una señal que anulará nuestras voluntades y nos convertirá en autómatas de las oscuras esferas de poder. Pues no querría decepcionarles, pero me parece que han visto muchas películas.

La opinión personal del que escribe (tómese como tal) es que, una vez más, podemos certificar el tremendo valor de los datos en el mundo en que vivimos. Posiblemente, tras su recopilación, habrá expertos en discernir a partir de esos datos biométricos cuál es el mejor momento para venderte un refresco, una camiseta… o quizá una idea política. Seguro que hay alguien que está pensando en ganar mucho dinero a partir de ellos.